Todo empezó en 2002, con 12 años y una web hecha desde mi habitación.
Por aquel entonces ya trasteaba con Linux, aprendía a programar por mi cuenta y soñaba con crear cosas en Internet. En 2004 abrí mi primer blog, y desde entonces no he parado de comunicar, experimentar y construir.
Durante años escribí sobre marketing digital, negocios online y tecnología. Di conferencias, fui profesor en varias escuelas y lancé mis primeras startups. Algunas funcionaron. Otras no. Pero en todas aprendí algo que todavía uso hoy.
El camino me llevó al mundo del iGaming —póker, casinos, apuestas deportivas— y más tarde a vivir en Malta, donde fundé y ayudé a crear varios proyectos centrados en el aprendizaje del póker online. Ayudamos a cientos de jugadores a mejorar y profesionalizarse. Fueron años intensos, llenos de pantallas, adrenalina y estrategia.
Y quizás por eso descubrí el running. Al principio para compensar tantas horas sentado. Después, como estilo de vida. Me enamoré de los deportes de resistencia, de la sensación de avanzar en silencio, de descubrir nuevas montañas y de explorar los límites del cuerpo y la mente.
Ahora vivo en el Pirineo y corro durante horas —a veces días— en algunas de las carreras más exigentes del mundo. Pero más allá del crono y la clasificación, corro para vaciarme por dentro, para ordenar mis pensamientos y seguir creciendo. Porque cada zancada es, también, una forma de entenderme mejor y de encontrar calma en medio del caos.
Mi misión actual es clara: ayudar a otros corredores a rendir más, a vivir mejor, y a encontrar propósito.